Tierra viva

Desde su núcleo hasta la superficie que nos sustenta, la Tierra mantiene un complejo equilibrio de energías que hace posible la vida. En ella, todo está conectado. Todo tiene un sentido, una razón de existir. El aire, el agua, la roca, los bosques. Como un gran organismo en constante transformación, la naturaleza hace posible la supervivencia.

Ante ella, nos sentimos a su absoluta merced. Su belleza sobrecoge. Su fuerza intimida. Por eso la convertimos en deidad. En la Grecia clásica, Gaia era la diosa de la Tierra. La madre primitiva de la que nació todo. Una madre que nutre y alimenta, una madre impetuosa y magnífica.

Fruto de esa madre, de esa gran explosión que creó la materia, el espacio y el tiempo, nuestro planeta es un hogar fértil que late y palpita. Un hogar tenaz que muta y se adapta cada segundo. Grandes cordilleras de cumbres nevadas, rocas que existen desde el principio de todo, laderas, volcanes, islas que emergen y rompen el mar, el poder de los astros. El caos y la perturbación de los que nacen los paisajes más imponentes del mundo.

La colección GAIA es un recorrido por las formas, las texturas y los colores que nos regala la Tierra. Una celebración de la naturaleza en su estado más puro y primigenio. Diseños que evocan la riqueza de este gran sistema que nos acoge, con piezas que ensalzan la belleza irregular de la piedra natural, haciendo único e irrepetible a cada pendiente. Una colección en la que destacan el tejido rocoso y los contornos de un material vivo, orgánico, y una paleta de colores que nos viene dada, con los tonos originales de la piedra.

GAIA invita a recrearse en cada detalle. Como en el brillo metálico del mineral a última hora de la tarde, con el sol reflejado en su superficie. O en el contraste del metacrilato, liso y perfecto, con la pureza áspera y desigual de la piedra.

Un viaje por los matices. Por el origen de una Tierra viva. Por la transformación.

Viajemos.